La utilidad gravable es un concepto establecido por la ley y regido por consideraciones de política pública; la utilidad contable sigue los principios de contabilidad generalmente aceptados. La utilidad gravable se determina para un propósito: el pago de impuestos; la utilidad contable se determina conforme a un plan para medir los resultados de las operaciones. Aunque a ambas se las denomina «utilidad”, los disimiles objetivos de estos dos conceptos causan verdaderas diferencias.
Muchos creen que debiera haber mayor concordancia entre ellos. Por ejemplo, un comité de la American Accounting Association declaró que «el interés del gobierno, de los negocios y del público sería mejor servido si la definición de la utilidad del negocio sujeta al impuesto se hiciera lo más concordante posible con la utilidad neta resultante de la aplicación de los principios de contabilidad generalmente aceptados».
Pasará bastante tiempo antes de que estas diferencias se concilien. si acaso ello llega a suceder. Las declaraciones de impuestos pueden partir de los estados de pérdidas y ganancias en dos formas principales: 1) algunos conceptos de ingresos y gastos, que apropiadamente se incluyen en el cálculo de la utilidad contable, se excluyen en el cálculo de la utilidad gravable, y 2) los causantes pueden optar por presentar ciertos conceptos de ingresos y gastos, en sus declaraciones de impuestos, en forma diferente a como lo hacen en sus estados de pérdidas y ganancias. Los siguientes ejemplos ilustran más específicamente algunas diferencias que existen entre la utilidad gravable y la que se muestra en los libros y estados financieros.
Diferencias entre los conceptos
Como se mencionó anteriormente, el cálculo de la utilidad gravable excluye ciertos conceptos de ingresos y gastos que entran en la utilidad contable. Estas exclusiones emanan de consideraciones que poco tienen que ver con los principios de contabilidad. He aquí una lista de las principales exclusiones:
1) Aunque realmente es un ingreso del negocio, el interés percibido de bonos estatales o municipales no está gravado por el gobierno federal debido a razones de orden constitucional.
2) Son deducibles para efectos del impuesto únicamente los gastos del negocio «ordinarios y necesarios». Lo que la ley del impuesto quiere decir con «ordinarios y necesarios» no siempre coincide con la interpretación que le da el hombre de negocios. Resultado: hay algunos gastos del negocio que no son deducibles para efectos fiscales.
3) Sólo cantidades razonables pueden deducirse por salarios y otras compensaciones. Pero, para los fines contables, los sueldos y salarios se consideran como un gasto del negocio, no importa cuán elevados e irrazonables sean según los estándares del Internal Revenue Service.
4) Los productos de los seguros de vida no se incluyen en la utilidad gravable. Por otra parte, no se permiten deducciones por las primas de estos seguros.