Procedimientos de Auditoria de Cumplimiento

Los procedimientos de cumplimiento o «pruebas de control» representan pruebas realizadas para obtener evidencia de auditoría sobre lo adecuado del diseño y operación efectiva de los sistemas de contabilidad y de control interno establecidos por la gerencia de la empresa. También se puede decir, que son procedimientos de auditoría diseñados para evaluar la eficacia operativa de los controles en la prevención o en la detección y corrección de errores importantes en los estados financieros.

El auditor no realizará pruebas de control cuando evalúe el riesgo de control como alto, ya sea porque los controles son inadecuados o porque es ineficiente comprobar esos controles.

Las pruebas más comúnmente utilizadas incluyen la selección de una muestra representativa de transacciones o documentación de soporte para:

  • Observar que se desarrolle la operación de un procedimiento del control interno.
  • Inspeccionar evidencia de que el procedimiento de control se desarrolló
  • Investigar sobre cómo y cuándo se desarrolló el procedimiento.
  • Re-ejecutar la operación del procedimiento de control (cuando el sistema de información es computarizado).
  • También puede reunirse evidencia sobre la operación del control usando Técnicas de Auditoría con Ayuda del Computador (TAAC).

Las pruebas de cumplimiento o de controles se pueden aplicar sobre controles manuales o informáticos. Por ejemplo, al revisar los files de cartera de un banco, se pueden verificar los controles aplicados sobre la aprobación de créditos (comparando los documentos del file versus los documentos exigidos por el reglamento de créditos del banco).

Por otro lado, se pueden realizar pruebas de control sobre el software informático que calcula los intereses de cartera concedida y evidenciar con la ayuda de un auditor informático que los controles aplicados sobre el capital prestado, el tiempo y la tasa de interés están funcionando adecuadamente.

No es una regla general, pero las pruebas de cumplimiento deberían de aplicarse ante la existencia de una cantidad bastante grande de operaciones o transacciones, tales como el movimiento de inventarios de un supermercado o la cantidad de minutos facturados por una empresa telefónica.