Reseña Histórica de la Minería en Bolivia

Desde los tiempos de la Colonia, Bolivia ha sido un país predominantemente minero hasta hoy, y por décadas, el Cerro Rico de Potosí ha sido el yacimiento de minerales más importante del mundo, su descubrimiento el año 1545 inicia el ciclo de la minería en el territorio que hoy constituye Bolivia, para producir y beneficiar la plata de Potosí se introducen tecnologías de punta para su tiempo; pero no se toman en cuenta ni los efectos para la población originaria ni los impactos para el medio ambiente. Las utilidades generadas no son distribuidas equitativamente y la minería colonial no resulta una amplia corriente de desarrollo regional, tampoco se crean empresas que duren en el tiempo, ya que los beneficios obtenidos no son reinvertidos en las zonas de aprovechamiento minero, sin embargo, la minería colonial inicia un circuito económico en el cual el transporte y el comercio asumen un rol determinante, la producción se basa en el trabajo de los indígenas bajo el régimen de la mita, cada año llegan a Potosí alrededor de 13.500 mitayos con sus familias, formando un contingente de 40.000 personas. La ciudad se convierte en uno de los principales centros urbanos del mundo y cuenta con unos 160.000 habitantes el año 1560, mientras Madrid solo tenía 45.000 habitantes, este fenómeno migratorio deshabita las 16 provincias sometidas a la mita y afecta duramente así producción agropecuaria.

Reseña Histórica Minería en Bolivia

El descubrimiento del proceso de amalgamación del mineral de la plata con mercurio el año 1556, hace posible la explotación mucho más provechosa de los yacimientos. El metal precioso es recuperado volatilizando con la utilización del mercurio, lo cual provoca una contaminación masiva, más de 40.000 toneladas de azogue son diseminadas en el medio ambiente solo durante la época colonial; además el uso de leña, keñua y yareta como combustibles para los hornos de fundición, el tronco de los árboles de cedro para el callapeo (enmaderamiento), de los socavones somete estas especies a una dramática extracción, causando la degradación sucesivamente de los suelos del altiplano y del valle. A partir de 1650, la quiebra de la producción de mercurio en Huancavelica (Perú), y el estado desastroso de las minas como el retraso tecnológico, por ausencia de capitales (inversiones), provocan una crisis minera que tiene un efecto en la depresión económica general. Bolivia cuenta con 900.000 habitantes.

Los mismos mineros son quienes mantienen vigente cierta producción de la plata, para solventar la economía de sus hogares. A mediados del siglo XIX, el descubrimiento de yacimientos de mercurio en California incentiva la modernización de las principales minas bolivianas, se instala maquinaria a vapor y varios inversionistas extranjeros se interesan por el potencial minero del país; entre otras, las compañías anglo chilenas que participan en las actividades extractivas en el Litoral, después de la Guerra del Pacifico (1879), las nuevas minas como la instalación de vías ferroviarias en el occidente del país, principalmente en el departamento de Potosí y Oruro se convierten en la columna vertebral de la economía nacional, vuelve a insertarse en el comercio mundial. El auge de la plata culmina entonces con el surgimiento de tres grandes empresarios bolivianos. Gregorio Pacheco Leyes que fue presidente de la Republica en 1884-1888 Aniceto Arce Ruiz presidente en 1888-1892 y Félix Avelino Aramayo, que dominan la vida económica y política del país.

Minería en Bolivia historia

Con el final del siglo XIX concluye también la época de la plata, entrada en crisis por la baja de los precios internacionales; no obstante, la creciente industria europea y norteamericana crea una nueva demanda hacia la cual Bolivia, sigue siendo un país básicamente rural, cuya fisonomía prácticamente no ha cambiado, tiene la oportunidad de reorientarse con cierta facilidad gracias a sus ingentes yacimientos de estaño ubicados en las minas donde la plata se agotaba. Los cambios que se realizan a partir del año 1900, momento en el cual las escuelas de ingeniería minera asumen un papel importante e influyente, mientras la minería se desarrolla en los países vecinos a través de grandes empresas transnacionales, los yacimientos bolivianos son descubiertos y trabajados gracias al impulso de los pequeños propietarios pioneros originarios del mismo país, cuyos escasos recursos pronto se transforman en inmensas riquezas, así se forman los imperios de tres poderosos «barones del estaño» considerados también los «oligarcas minero feudales», Patiño, Aramayo y Hochschild, dueños mineros que rompen la tradicional vinculación de sus predecesores con la tierra, se perfilan como empresarios dinámicos, relacionados con capitales extranjeros y aplican tecnologías modernas, los cuales controlan una importante parte de la producción mundial y la mayoría de las fundiciones de estaño según la estrategia de integración vertical hasta la nacionalización de las minas como consecuencia de la revolución popular de 1952, esta oligarquía concentra en sus manos la mayor fortuna del país, así como control del poder político.

La búsqueda prioritaria de la transnacionalización por parte de los grandes mineros, por encima de la voluntad de desarrollar el país, y la debilidad del estado, al servicio de todos los intereses privados, foráneos o transnacionales; hacen que el auge de la minería del estaño no permita un desarrollo nacional importante ni el mejoramiento de las condiciones de vida de la población; si bien los mayores grupos industriales introducen innovaciones tecnológicas significativas (nuevos sistemas de concentración, perforadoras de aire comprimido, energía eléctrica), no invierten en la salud ni en la seguridad de sus trabajadores; y menos son sensibles a la degradación ambiental que ocasionan, además y a pesar de la significación vital de la minería para la prosperidad del país, el Estado no cuenta con una política que incentive del desarrollo del sector, las malas condiciones de vida de los mineros y los campesinos generan un descontento social que incentiva la búsqueda de opciones para construir una estructura política y económica distinta y transforma gradualmente la visión que el país tiene de si mismo.

La Minería en Bolivia

La revolución de 1952 nacionaliza mediante Decreto Supremo N° 3223 el 31 de octubre de 1952 (con una millonaria indemnización), las tres grandes compañías mineras que pasan a formar la parte más importante de la fundada COMIBOL (Corporación Minera de Bolivia). En este mismo periodo surge la COB (Central Obrera Boliviana), que luego se convierte en la más poderosa central sindical del país, y desde entonces la vida política boliviana es un tanto incierta, que los inversionistas extranjeros no se arriesgan a transformar la explotación del importante potencial geológico del país; si bien se estima que la participación de fondos privados internacionales incentiva un mejor manejo y una mayor eficacia de las operaciones (Ford, Bacon & Davis; 1956) la COMIBOL maneja solo las minas estatizadas en un ambiente adverso: baja ley del mineral, el agotamiento de las reservas, elevados Costos de Producción, disminución de la demanda y del precio; la COMIBOL carece a la vez de capital y de capacitación empresarial, además debe asumir la carga financiera del desarrollo del Oriente Boliviano, fomentado por el Estado, en consecuencia; no invierte en nuevas prospecciones y exploraciones o mantenimiento y reposición de la maquinaria y los medios de producción, no se transforman las tecnologías, esta época se caracteriza por la deplorable gestión de Comibol, como consecuencia de la pésima administración por parte de los gobernantes de turno, que tomaron la institución como botín de guerra, la productividad fue bajando en forma progresiva en lugar de aumentar ello se debió a la falta de nuevas prospecciones y exploraciones, como de nuevos proyectos mineros, el despilfarro de los recursos y la negligencia ambiental, la convergencia de estos factores lleva a una crisis que se agudiza progresivamente, llegando al colapso económico y financiero de la minería estatal, paralelo a ello coexisten un gran número de empresas medianas y chicas en manos privadas; mientras las primeras reciben créditos públicos, que les permiten aumentar continuamente su producción, la falta de apoyo técnico y financiero a la minería chica (2.000 empresarios) y cooperativa (30.000 mineros) determina que este sector opere en condiciones arcaicas y precarias, encerrándose en un círculo vicioso de falta de recursos; incapacidad de evolucionar, que no ha cambiado.

La crisis del estaño se desata en la década de los 80 cuando de reduce la demanda mundial, y se produce la venta de las reservas estratégicas de Estados Unidos, del Consejo Internacional del Estaño, Stock pile – GSA (General Service Administration), que deriva en la caída de cotización internacional de este mineral, estos fenómenos encuentran a Bolivia en un periodo dificil, tratando de superar un terrible proceso inflacionario. La aplicación del decreto supremo 21060 y de la Nueva Política Económica (NPE) del Gobierno de Víctor Paz Estenssoro del MNR, con la frase «Bolivia se nos muere», lleva al despido y el cierre de los Centros Mineros más importantes en Bolivia, y despide a más de 30.000 trabajadores mineros y sus familias a la calle so pretexto de relocalización, que deben migrar a las ciudades o zonas de colonización y aquellas áreas de explotación aurifera. La inmensa grieta que separa los bajos niveles de prospección y exploraciones e inversión minera, y el potencial productivo priva al país de una importante fuente de recursos financieros; buscado cambiar este panorama con la aparición de la «nueva minería» caracterizada por grandes operaciones intensivas en capital, que requieren tecnología avanzada y generan nuevos empleos y calificado, la ilustración más exitosa de esta política la constituye Inti Raymi, que ha invertido 150 millones de dólares para explorar y explotar el oro del cerro Kori Kollo, en el departamento de Oruro.

historia de la Minería en Bolivia

En los últimos años, la minería boliviana se proyecta sobre un nuevo escenario y se acomoda al surgimiento de minerales y metales que se perfilan con mejores oportunidades en el mercado internacional, como la subida de las cotizaciones de los minerales como el estaño, zinc, plomo, plata, cobre, bismuto, antimonio y sobre todo el oro, que presenta el crecimiento más interesante e importante en estos últimos 7 años. La minería estatal que fue privatizada como efecto del cierre de operaciones de COMIBOL el año 1985, dentro de esta se consolida la minería mediana como el mayor productor, mientras el sector cooperativo adquiere mayor relevancia. La refundación de la COMIBOL con la recuperación de los centros mineros como Huanuni, Colquiri, Corocoro, Bolívar y otros; hace que la minería tenga la relevancia que tuvo con un crecimiento importante en el empleo nacional, parcialmente compensado por el crecimiento de las cooperativas. Los niveles de desarrollo tecnológico son también muy importantes; así mismo, las regiones mineras tradicionales están logrado satisfacer las necesidades básicas de su población, la utilización de los recursos naturales ha llevado una mejora en las condiciones de vida en las regiones de producción. Para interesar al capital externo en la explotación y desarrollo de los recursos mineralógicos existentes, el Gobierno de Evo Morales, promulga la Ley No. 535 Ley de Minera y Metalurgia, a fin de superar una serie de dificultades, jurídicas que deben otorgarle una seguridad jurídica a los Inversionistas, aunque la ley 1777 en su Art. 4° considera: La concesión minera constituye un derecho real distinto al de la propiedad del predio en que se encuentra, aunque aquella y este pertenezcan a la misma persona. Es un bien inmueble, transferible y transmisible por sucesión hereditaria. Puede constituirse sobre ella hipoteca, etc. por otra parte, hoy en día la minería no puede practicarse sin tomar en cuenta sus impactos sociales y ambientales, elementos que enriquecen de modo insuperable la discusión sobre qué tipo de explotación y formas de manejo de estos recursos no renovables. La minería y los minerales pueden contribuir a la transición hacia un modelo de desarrollo sustentable. De la exportación de minerales en bruto a la exportación de metales y con un valor agregado, ejemplo de ello es la puesta en marcha del complejo metalúrgico de Karachi pampa.