Absorción de Costos

Absorción de costos en contabilidad es la erogación de un costo adicional; como, por ejemplo, un flete que no se carga al cliente.

Tambien puede referirse a un reconocimiento de una erogación como costo o como gasto de operación, bien sea en el momento en que se incurre y que por primera vez se refleja en la contabilidad o posteriormente. Al final del período en que dicho costo se clasifica como gasto, se transfiere, junto con otras partidas similares, a una cuenta de pérdidas y ganancias u otra cuenta puente (o de tránsito) y de ahí a utilidades retenidas (superávit ganado). Puede considerarse que un estado de ingresos (pérdidas y ganancias) refleja todos los costos absorbidos durante el período con el cual se encuentra relacionado. El proceso de absorción de costos significa el reconocimiento de los gastos bajo las siguientes condiciones:

a) Correspondencia con el movimiento fisico de los bienes. El grueso de las transacciones, en la mayoría de las empresas mercantiles o comerciales, cae dentro de esta categoría, como, por ejemplo, cuando las mercancías compradas se venden dentro del mismo año. En este caso, al efectuarse una venta, el costo de la mercancía vendida se traspasa de la categoría de activo que corresponda, a la de gastos; la totalidad del gasto así reconocido en un período contable es la suma de los costos, asociados comúnmente con las unidades particulares vendidas. En una empresa comercial, el costo unitario lo constituye el costo de factura más otras partidas menores, como, por ejemplo, el flete, que algunas veces se agrega al costo de la factura; en una empresa industrial, en la mayoría de los casos, el costo se forma por los materiales, la mano de obra y los gastos indirectos o de fabricación; pero en ambos casos el costo unitario se aplica de manera uniforme a cada uno de los artículos vendidos y en existencia pertenecientes al mismo lote o producidos en la misma partida. Véase, sin embargo, el inciso c), más adelante:

b) El servicio o el beneficio producido. El activo fijo proporciona una fuente de servicios cuyos costos se miden por las provisiones para depreciación; es decir, el costo del activo fijo se divide en dos partes: una, que representa los servicios proporcionados, o en alguna otra forma perdidos en el negocio; la otra, los servicios que se espera se presten al negocio en el futuro, siendo el objetivo contable, en ambos casos, agregar una parte alícuota del costo a cada unidad de servicio producida o perdida, o susceptible de producirse. De la misma manera, el beneficio que se recibe de un préstamo a largo plazo, en función de los intereses anuales pagados, cuyo importe, sobre la base de «acumulación», tiene una relación constante con el principal del préstamo pendiente de pago. Los gastos de operación entran también generalmente en esta clasificación. La contabilidad trata en este caso de alcanzar el mismo objetivo, como en el ejemplo del inciso a), anterior; es decir, distribuir los costos a prorrata entre las unidades de mercancías y servicios adquiridos y afectar los costos unitarios así asignados, en la medida en que las unidades se consumen.

c) Costos más recientes. En este caso, los métodos ueps, en la valuación del inventario, tienen el efecto de transferir los últimos costos de las mercancías, o de las materias primas adquiridas, a las unidades físicas del inventario vendido o utilizadas en la producción, sin tomar en cuenta cuándo fueron adquiridas dichas unidades en particular, o si los precios de venta han aumentado o permanecen sin alteración alguna. En épocas de alza de precios, el inventario restante se valúa a un costo desproporcionadamente bajo, en comparación con el costo de reposición o de reemplazo, y más bajo que su costo real, puesto que en el movimiento físico de las mercancías las partidas más antiguas, por regla general, salen primero. Muchos contadores no están de acuerdo con el uso de los «últimos costos» como substitutos de los costos reales, afirmando que cuando los precios están en alza el efecto principal de este método es ocultar las utilidades, reducir el impuesto, sobre la renta y proporcionar una falsa impresión del costo «económico», ya que el costo de las ventas se calcula a un precio dentro de los límites de las mercancías adquiridas al final del período contable, más bien que bajo las condiciones reales del mercado existentes en la fecha de la compra. En un mercado a la baja, algunos de los que preconizan el método «ueps» se han inclinado por la adopción del método «peps». Véase valuación del inventario.